jueves, 17 de junio de 2010

EL SALVADOR Entrevista a Rebecca Peters, activista antiarmas Parte II EL FARO

Continuación

Vivimos en un país con un altísimo índice de homicidios, con un arraigado problema de crimen organizado, y con una ciudadanía francamente atemorizada, donde los espacios públicos no son públicos... En este contexto, ¿no resulta lógica la pregunta de por qué no puedo sacar mi arma y disparar contra quien quiera agredirme?


El peligro no es un invento, pero la idea de que la solución es un arma, eso sí que es un invento o es una idea que viene como de las películas.

Pruébelo.


Las investigaciones demuestran que tener un arma en casa aumenta la probabilidad de una muerte por homicidio o suicidio en tu casa. Aumenta dos veces el riesgo de homicidio y tres veces el riesgo de suicidio. También en El Salvador se hizo una investigación, creo que fue Fespad, mirando la situación de la gente que trató de defenderse con un arma de fuego y descubrieron que al intentar defenderte en un asalto con un arma de fuego, en lugar de ayudarte eso aumenta el peligro para las dos personas. Es que la realidad no es como en las películas: un arma de fuego no te brinda protección. Hay un sondeo interesante que hizo la escuela de salud pública de Harvard en Estados Unidos, pero que creo que tiene validez en otras partes. Preguntaron a las personas: "Si tus vecinos tienen armas en casa, ¿eso aumenta o reduce la seguridad de tu barrio?" Y la gente respondió que no les gustaba la idea de que sus vecinos estuvieran armados, porque eso reducía la seguridad. Y luego les preguntaron: "¿Y tú tienes armas en casa?" Y la gente respondió: "Si yo lo tengo eso aumenta la seguridad, pero si otros la tienen, se reduce". La gente tiene la tendencia a pensar que en determinada situación "yo sería el héroe, yo voy a saber qué hacer"... y la realidad es otra.


Repito una idea cuya autoría no es mía: “En El Salvador hay pandillas juveniles cada vez mejor armadas. Hay armas en poder de niños de 12 años. Ellos no fueron a registrar su arma, les llegó de parte del mercado negro, en cambio yo soy un ciudadano de bien, que registra su arma. Si tú me quitas la posibilidad me dejas desvalido frente a los malos, porque ellos sí pueden portar armas, porque no las registran”.


Bueno, no creo que haya una propuesta en El Salvador para prohibir las armas. La idea de que las van a quitar de los ciudadanos de bien... Pero es posible, por ejemplo, que algunas personas que ya tenían armas ya no califiquen, entonces tenían que ver si podían hacerse calificar.


¿Entonces sí tiene sentido esta lógica?


Es que hay que mirar desde el punto de vista de que es el mercado de armas de los ciudadanos de bien el que está alimentando el mercado ilegal para los delincuentes, entonces desde el punto de vista de la política pública, desde el punto de vista de la prevención, hay que tratar de restringir las fuentes de armas en el mercado ilegal.


¿Cuáles son las restricciones? Vayamos subiendo niveles, comencemos con un nivel bastante permisivo. ¿Quienes quedan fuera primero?


Los ciudadanos que tienen antecedentes criminales. Uno puede decidir qué tipos de antecedentes penales. Por ejemplo, existe una red de mujeres que tenemos una campaña enfocando el hecho de que en muchos países cuando miran para ver si sos una persona violenta miran si has sido procesado por algún asalto a un banco, pero no miran la cuestión de si sos una persona que practica la violencia intrafamiliar. Creemos que la violencia intrafamiliar debería ser un criterio que descalifica a una persona para comprar un arma, pero muchos países y ciertamente en la mayoría de Latinoamérica, la violencia familiar no entra, no hay mención en la Ley de Armas, y eso es una cosa negativa.


Tenemos ya el primer nivel: descalificamos a todos los que tengan antecedentes criminales y a los que han golpeado a su pareja o a quienes cometan violencia recurrente contra sus hijos. Subamos.

También hay criterios de edad. La edad mínima ahora en Brasil la han subido a 25 años. Otra cosa: uno de los puntos más importantes que marca la diferencia entre países es que hay países que dicen que tenés que comprobar una razón y otros países que no te lo piden y creo que El Salvador no te la pide.


¿Y qué razones hay para argumentar que querés un arma?

En países que la gente tiene armas para ir de caza, tienen que comprobar dónde vas a ir de caza, qué es lo que vas a cazar y que tenés permiso de hacerlo y cosas así. A veces la gente dice "quiero un arma para deporte", y dicen que van al club de tiro y entonces ahora en Europa requieren que el club de tiro lo certifique y que el club de tiro pueda perder su licencia para funcionar como club de tiro si resulta que esa persona tiene un arma y comete violencia, entonces le supone al club una responsabilidad muy grande.


¿A parte de la caza y el deporte se le ocurre alguna otra razón lógica?

El punto más controvertido es la idea de tener un arma "porque temo a la delincuencia", porque anticipo que voy a querer matar a otra persona. Quieres un arma porque quieres matar a una persona que te está agrediendo. Ahí se distinguen los países. En los de Europa en general no te dejan tener un arma por esa razón, porque han decidido que la idea de que un civil tenga un arma anticipando que va a matar a otro civil no es aceptable en sus sociedades. Cada sociedad tiene que decidir.


Aquí se ha propuesto la posibilidad de restringir la portación de armas pero dejar habilitada la tenencia de armas. ¿Sirve?


Sí. Yo al principio había pensado que la cosa más importante es si se permite a alguien tener un arma, y si la van a portar o no, me parecía que no era tan importante; pero los estudios han demostrado lo contrario, específicamente en Colombia, que es un país también muy violento, donde han hecho estas vedas de armas en ciertos períodos o lugares y vieron una disminución particularmente en períodos como fines de semana, que eran momentos donde la gente está bebiendo mucho alcohol o donde hay eventos públicos y han visto una disminución de las muertes por armas de fuego. Entonces eso me ha convencido de que prohibir la portación de armas es una medida que sí sirve a reducir la violencia.


¿Hay evidencia científica que demuestre que las armas de fuego son un factor de riesgo y que incrementa la violencia?

Sí.

¿Y esta evidencia no existe desde hace dos semanas sino desde hace años?

Sí.

A la luz de la experiencia comparada es obvio que las armas de fuego son un factor de riesgo para los países.

Sí.

¿Cómo se explica que gobiernos como el de El Salvador no hayan sido capaces de ver algo que a usted le parece obvio?

Bueno, sólo hace un día que estoy aquí... te digo un poco lo que deriva del conocimiento que tengo de otros países: sabemos que en muchos países, especialmente las democracias relativamente nuevas, que las políticas públicas sobre seguridad nacional no están muchas veces informadas por la investigación, los estudios, sino que están basadas más en ideología y cosas así. También sabemos que en muchos países hay una coincidencia entre las personas que importan y venden armas que son muchas veces personas que tienen mucha influencia en la sociedad, a veces en círculos políticos, a veces en círculos militares y esto puede ser que se aplique en El Salvador, yo no sé, pero muchas veces las personas y las organizaciones que se benefician de la venta y la proliferación de armas tienen un poder desproporcionado comparado con el peligro que están creando en la sociedad y también yo creo que falta... viendo aquí en El Salvador me parece que la gente está muy ansiosa por la cuestión de seguridad, sienten mucho la inseguridad, pero me parece que no hay un discurso público muy grande sobre la cuestión de las armas y entonces si el gobierno no siente presión pública para cambiar la política entonces no lo va a hacer.


Es un hecho que las políticas de mano dura disparan, diversifican y especializan al crimen organizado. Los números demuestran en El Salvador, que son políticas fracasadas, que no sirven y que agravan el problema, pero la población las aplaude. ¿Qué respalda su idea de que la sociedad civil estará más informada que los que se suponen especialistas, o sea, el gobierno? ¿No es un poco romántica la idea de la sociedad civil tomando la primera acción de cara a esto?


Yo diría que soy optimista. De alguna parte tiene que surgir la conversación y tiene que comenzar. Me parece que no la están teniendo y es una lástima en un país donde las armas están implicadas en tanta y tanta violencia. Tal vez desde las iglesias. En otros países las iglesias han sido muy importantes en estimular esta conversación y también la comunidad de salud pública, los médicos... Vimos en 2008 por primera vez la reunión de ministros de Salud de las Américas, hicieron una declaración que se llama la Declaración Panamericana de Ministerios de Salud, donde declararon que la disponibilidad de armas de fuego es un factor de riesgo y esa es la primera vez que a nivel regional los ministros de Salud se implicaron. Entonces yo espero, pienso, tengo que pensar que cuando vemos estos otros líderes de opinión pública, de personajes que son muy respetados, iglesias, médicos, cuando ellos comienzan a implicarse, que ojalá que la población en general los siga, pero sí, me parece que hace mucha falta en El Salvador.


¿Usted le va a hacer una propuesta concreta al ministro de Seguridad de El Salvador?


No, yo lo que le voy a decir es lo que sabemos con la experiencia que tenemos en otros países. Yo como extranjera no vengo para decir "tienes que hacer esto y esto", también sé que el gobierno nuevo, que es relativamente nuevo, claro, tienen muchísimos problemas de todo tipo de cosas, pero yo no sé... le voy a decir que tiene que ser como muy alto en la agenda este tema, con mucha más como voluntad que antes y eso sería una cosa que me parece buena que podría hacer el gobierno nuevo.





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