sábado, 31 de julio de 2010

Medios de comunicación y violencia de género MUJERES Y CIA

POR IRENE CASTILLO    
                                               

¿Los medios de comunicación legitiman la violencia de género? ¿Siempre? ¿Existen algunas pocas buenas prácticas que muestran los logros sociales y las nuevas pautas de relaciones entre mujeres y varones que, con tanto esfuerzo se están tratando de instalar en nuestra sociedad y que deberían extenderse?


Para comenzar a contestarnos estas preguntas es preciso analizar la publicidad y los contenidos de los mensajes emitidos por televisión, radio y prensa escrita desde una perspectiva relevante: la representación de las mujeres.


Es preciso analizar la publicidad y los contenidos de los mensajes emitidos por televisión, radio y prensa escrita desde una perspectiva relevante: la representación de las mujeres.
Aún hoy , la imagen pública de las mujeres se sustenta en muchas ocasiones , en estereotipos discriminatorios que aportan mensajes empobrecedores al imaginario colectivo de mujeres y hombres, incorporándose a nuestras vidas de manera negativa, generando injusticias e inequidades en todos los ámbitos y en todos los continentes


A veces estas consecuencias se visibilizan de las formas más graves: feminicidios, agresiones, ablaciones de clítoris, y otras de manera más sutil y simbólica: cosificando el cuerpo de las mujeres en la publicidad y los medios en general, o invisibilizándola a través del lenguaje.
Los mensajes que difunden los diarios, televisión, radio y la publicidad influyen sobre la manera de pensar, percibir y vivir de las personas.


El sexismo está presente en mucha de la publicidad que consumimos y debemos visibilizarlo y analizarlo críticamente para cambiar patrones culturales y naturalizaciones aceptadas por todos los sectores involucrados: publicitarios, empresas, comunicadores y audiencias integradas por todos y todas.


La censura no es el camino, la publicidad y los contenidos televisivos, radiales y periodísticos además de su papel comercial, tienen la capacidad de hacernos reflexionar sobre situaciones injustas y discriminatorias, promoviendo emoción y alegría, alentando la esperanza o aportando ideas nuevas para problemas cotidianos.


Los mensajes que difunden los diarios, televisión, radio y la publicidad influyen sobre la manera de pensar, percibir y vivir de las personas.
Hacer una apuesta a los mensajes no sexistas en los medios de comunicación implica, aparte de calidad técnica y estética difundir la imagen de personas reales y diversas en sus roles, aspectos, intereses, y estilos de vida, que sean respetuosas de los derechos e integridad y mejor aún que nos propongan una convivencia más democrática y solidaria.


Dado que los medios de comunicación tienen un papel socializador central en esta cultura de imágenes, se debe generar conciencia crítica para identificar y eliminar los espacios que promuevan desigualdades.


Alentar una lectura crítica de los medios desde la niñez y la adolescencia, instalar el protagonismo de ciudadanas y ciudadanos como consumidores de medios con derechos que deben ejercer, incluir los enfoques de género en la formación de los profesionales de medios de comunicación y trabajar con las empresas en la corresponsabilidad de la transmisión de mensajes no sexistas en la comunicación implica reconocer la existencia y la trascendental importancia de estos nuevos productos culturales, que entran en nuestras vidas influyéndonos fuertemente.


Un decálogo para practicar


El Decálogo del Instituto Andaluz de la Mujer para identificar la publicidad sexista. en el marco de las políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y varones del Estado Español y la Unión Europea establece:

ES SEXISTA

• Promover modelos que consoliden pautas tradicionalmente fijadas para cada uno de los géneros (Roles)
• Fijar unos estándares de belleza femenina considerados como sinónimo de éxito (cuerpo perfecto=éxito)
• Ejercer presión sobre el cuerpo femenino a través de determinados tipos de productos que faciliten su dominio y control (Mujer objeto)
• Presentar el cuerpo de las mujeres como un espacio de imperfecciones que hay que corregir (canon de belleza)
• Situar a los personajes femeninos en una posición de inferioridad y dependencia (mujeres inferiores)
• Excluir a las mujeres en las situaciones de mayor relevancia.
• Alejar a las mujeres de los espacios profesionales prestigiados socialmente y, por el contrario, asignarles los roles de limpieza, cuidados y alimentación familiar (Ámbito privado=mujer)
• Negar los deseos y voluntades de las mujeres y mostrar como “natural” su adecuación a los deseos y voluntades de los demás (persona sin deseos propios=mujer).
• Presentar el cuerpo femenino como objeto, esto es, como valor añadido a los atributos de un determinado producto:como ser su envoltorio, en definitiva (cuerpo de mujer=objeto)
• Mostrar a las mujeres como incapaces de controlar sus emociones y sus reacciones “justificando” así las prácticas violentas que se ejercen sobre ellas (mujeres sin control de sus emociones= histéricas)


Se debe generar conciencia crítica para identificar y eliminar los espacios que promuevan desigualdades.
Observatorios y procedimientos


Para registrar las publicidades que incurren en estos aspectos sexistas existen en el Observatorio dos formularios de quejas .Uno para particulares y otro para asociaciones. Un teléfono gratuito las 24 hs. Y un espacio específico en la página web para recibir opiniones o denuncias de la ciudadanía, entre otros servicios


En Argentina el Senado dio media sanción a un Proyecto Integral contra la Violencia de Género.
La Ley abarca también la violencia mediática, referida a la difusión de mensajes en imágenes estereotipadas a través de cualquier medio masivo de comunicación que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres.


Consideramos como integrantes de Organizaciones de la Sociedad Civil que nuestra tarea es proponer medidas transversales de trabajo, plasmadas en herramientas, que hagan posible el cambio: observatorios, acuerdos regionales, leyes, entre otras.


Es urgente generar iniciativas que apuesten a un cambio cultural que comprendan e impulsen relaciones paritarias y solidarias entre mujeres y hombres, que se difundan por las redes de mujeres que existen en todos los países y que a través de ellas se establezcan acuerdos de garantías y protección de nuestros derechos a una imagen digna.


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