domingo, 5 de septiembre de 2010

ARGENTINA "La democracia consiste en permitir puntos de vista: Chantal Mouffe" PAGINA 12

ENTREVISTA CON LA POLITOLOGA BELGA CHANTAL MOUFFE, COAUTORA DEL LIBRO HEGEMONIA Y ESTRATEGIA SOCIALISTA


“La democracia consiste en permitir puntos de vista ”




Mouffe, que estuvo en Buenos Aires dando charlas en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, afirma que las distintas experiencias progresistas de América latina evidencian que se puede romper con el neoliberalismo.




Por Mercedes López San Miguel


De su cuerpo frágil surge una voz firme y constante. Es un castellano hablado por una belga que está casada con un argentino. Junto al filósofo y marido Ernesto Laclau escribió Hegemonía y estrategia socialista.


La politóloga Chantal Mouffe tomó de Hannah Arendt la visión de lo político como pluralidad para luego decir que Arendt falla en pensar que desde la pluralidad se puede lograr el consenso. El punto nodal de la teoría de Mouffe es que el conflicto es central, porque algunas posiciones son irreconciliables en una democracia agonista. Por eso Mouffe revisó la idea de conflicto del filósofo Karl Schmitt.


Mouffe, que estuvo en Buenos Aires dando charlas en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, afirma que la crisis en Europa despabiló la conciencia de los partidos de izquierda y que las experiencias progresistas de América latina evidencian que se puede romper con el neoliberalismo. Estudiosa de los nuevos modelos de democracia, asegura que en Argentina se está dando un proceso de democratización de la sociedad y que el proyecto hegemónico “debe ganar mayores sectores de la clase media”.


–Su planteo teórico reivindica la confrontación, eso parece contradecir la supuesta búsqueda de consenso que esgrimen muchos en Argentina...


–El objetivo de la democracia no es que todo el mundo se ponga de acuerdo, hay posiciones irreconciliables. Critico a las tradiciones teóricas que dicen que la política democrática busca consensos. Habermas indica que el consenso se busca a través de procesos deliberativos, argumentos racionales. Yo no coincido con él. La política tiene que ver con el conflicto y la democracia consiste en dar la posibilidad a los distintos puntos de vista para que se expresen, disientan. El disenso se puede dar mediante el antagonismo amigo-enemigo, cuando se trata al oponente como enemigo –en el extremo llevaría a una guerra civil– o a través de lo que llamo agonismo: un adversario reconoce la legitimidad del oponente y el conflicto se conduce a través de las instituciones. Es una lucha por la hegemonía.


–Está íntimamente ligado a lo que usted postula en su libro En torno a lo político acerca de un Nosotros frente a un Ellos...


–Sí. Toda la política tiene que ver con la formación de un “nosotros”. Uno no puede formar un “nosotros” sin un “ellos”. Cualquier identidad colectiva implica dos: los católicos no se definirían sin los musulmanes; las mujeres sin los hombres. La idea de que se podría llegar a un nosotros inclusivo completamente es impensable teóricamente.


–Desde este punto de vista, ¿cuál es el “otro” del gobierno kirchnerista en esta instancia de final de su mandato?


–No es el otro, son los otros: una serie de intereses que se oponen a la democratización del país.


–¿Por ejemplo?


–El Grupo Clarín y todos los que tratan de monopolizar los medios de comunicación. El Gobierno, un gobierno progresista, intenta dar pluralidad de información, quiere generar condiciones igualitarias para la obtención del papel con Papel Prensa. Veo claramente dónde está el otro. Los grupos económicos tratan de monopolizar el poder lo más posible y el Gobierno, de impedirlo. Esas fuerzas que intentan mantener sus privilegios y control las representaron también los sectores del campo; el otro va cambiando según las circunstancias. Cuando tratás de democratizar una sociedad, hacerla más plural e igualitaria, te enfrentás con grupos de poder.


–Ernesto Laclau afirmó en un reciente reportaje a este diario que el modelo argentino es superior a las socialdemocracias de Uruguay y Chile (el gobierno de Bachelet). ¿Coincide?


–Los modelos de Uruguay y Chile son más cercanos a la socialdemocracia europea. En cambio en Argentina la tradición peronista es muy importante y lo hace más específico. Hay en América del Sur una serie de gobiernos progresistas de diversa índole –Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y los Kirchner en Argentina– que fueron más allá en la ruptura con el neoliberalismo que Tabaré Vázquez y Michelle Bachelet. En la reunión de Mar del Plata tanto Uruguay como Chile votaron a favor del proyecto de Bush, el del ALCA. Tabaré después intentó establecer relaciones bilaterales, coqueteó con un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Tampoco se puede decir que son reaccionarios, son menos progresistas.


–En la región se está dando una pelea entre los gobiernos de izquierda y una derecha con discurso republicano que está apoyada por los medios. ¿Cómo lo ve?


–En todos esos países que mencioné ha habido un proceso de democratización. Venezuela es mucho más democrática con Chávez que cuando gobernaba el Copei o Acción Democrática; ni hablar Bolivia. Las condiciones dependen del grado de institucionalización de la sociedad civil. En Venezuela hay una situación mucho más polarizada y la sociedad civil es mucho más débil, comparado con Argentina. ¿Por qué hay oposición a esos gobiernos?, es la misma oligarquía que reacciona contra los procesos de democratización. En Venezuela, un caso paradigmático, los poderes nunca aceptaron la legitimidad de Chávez, aunque éste ganara todas las elecciones a las que se postuló. A Chávez lo tratan como a un enemigo, con tentativas de golpe de Estado. En el caso de Argentina, el proyecto hegemónico debe poder ganar el apoyo de la mayor parte de los sectores para poder avanzar en el proceso de democratización. Cuando en un país hay una clase media bastante desarrollada, sectores de esa clase media pueden ser conquistados.


–Al oficialismo no le fue bien en las últimas legislativas...


–Sí, sí. La tarea fundamental para este gobierno es que logre impedir que la oposición se unifique en torno de un proyecto común y ganar adeptos a su proyecto. Cuando fue el conflicto sobre las retenciones, se creó un bloque en contra de la política oficialista que no tendría que haber sido necesariamente así, los pequeños productores se unieron a los grandes y sus necesidades son muy distintas. Se hubiera podido ganar ese apoyo. Siempre en un conflicto hay sectores que pueden ir de un lado o del otro, porque son intereses no están definidos. La estrategia fundamental es ganarse a la mayoría a su proyecto de transformación.


–En la concepción teórica de Schmitt, el soberano puede decidir un estado de excepción. A veces el soberano puede ser el pueblo. ¿Esto es aplicable a la crisis de 2001 en Argentina y la caída de Sánchez de Lozada en Bolivia?


–Schmitt reflexiona sobre el papel del derecho que siempre más allá del derecho está la política, siempre hay situaciones excepcionales, que no se pueden seguir las leyes. Es una discusión que tiene con el constitucionalista Hans Kensel de si la ley está siempre. Schmitt le decía que no, que aún en democracia hay situaciones de excepción, hay alguien que decide y es el soberano. Todo el pensamiento liberal trata de eliminar la soberanía, el papel del soberano. El mismo Schmitt decía: hay conflicto. Lo político tiene que ver con el conflicto.


–¿Usted tiene una visión positiva del populismo?


–Depende de si es populismo de izquierda o de derecha. El populismo no es mala palabra, porque creo que en la política democrática hay una construcción de un pueblo. A ese elemento llamo populismo, la descripción de un pueblo. Lo que Gramsci llamaría una voluntad colectiva, lo nacional-popular. Ese pueblo puede construirse de modos distintos. Ejemplo, en Europa los movimientos populistas que están ganando terreno son de derecha porque construyen el pueblo mediante un antagonismo con los inmigrantes, es el caso de Le Pen en Francia. La xenofobia es una característica del populismo de derecha. Si, en cambio, la construcción del nosotros es en confrontación con los grupos económicos, el populismo es de izquierda.


–¿Como cuál?


–El de Chávez, definitivamente. El pueblo venezolano se define en contra de los opresores, los poderosos.


–Desde su punto de vista, las socialdemocracias europeas fracasaron y tienen mucho que aprender de América Latina...


–La situación de los partidos llamados de centroizquierda es preocupante. Al llamarse “centro” izquierda se alejan del progresismo. Por ejemplo, la Tercera Vía de Blair aceptó la hegemonía neoliberal. En Europa entre el centroderecha y el centroizquierda no hay grandes diferencias. La consecuencia de esto es que la gente vaya a votar cada vez menos. Y crea terreno fértil para que los partidos de derecha populista se posicionen, den la impresión de que son una alternativa de cambio. La crisis financiera del 2008 hubiera podido ser una oportunidad para que una verdadera izquierda democrática presente una alternativa al modelo neoliberal. No fue el caso. Todos esos partidos de centroizquierda han aceptado el orden neoliberal y contribuyeron en algunos casos a ese orden, como lo hizo el nuevo laborismo británico. Al mismo tiempo no se puede ser responsable de la crisis y su rescatista. Esto reforzó a los partidos conservadores. El único país de Europa en el que se da una izquierda más fortalecida es en Alemania. El partido La Izquierda quiere hacer una transformación de las instituciones. La crisis fue una oportunidad perdida, de todos modos, la confianza en el neoliberalismo se perturbó y los mismos partidos de centroizquierda se concientizaron para empezar a postularse como una alternativa. Tengo un optimismo moderado. Las experiencias latinoamericanas son importantes para nosotros, muestran que se puede tratar de salir del neoliberalismo.


mercelopez@pagina12.com.ar


FUENTE: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-152631-2010-09-05.html

viernes, 3 de septiembre de 2010

URUGUAY Igualdad de mujeres y hombres POR LA IGUALDAD DE GENERO

A lo largo del siglo XX, las mujeres como colectivo han avanzado contundentemente hacia la conquista de espacios públicos dominados históricamente por los hombres. La feminización del mercado laboral es clara, y también lo es la prevalencia de las mujeres en los ámbitos de educación superior.

Sin embargo, y más allá de estos avances, las mujeres siguen teniendo los mayores niveles de desempleo, de empleo informal o parcial, y mayores dificultades para acceder a cargos de responsabilidad que los hombres.

Uno de los elementos en los que se puede evidenciar más claramente las diferencias entre hombres y mujeres es en la reproducción sexual del trabajo. Así, los hombres mantienen como responsabilidad principal el trabajo remunerado, mientras que las mujeres tienen como potestad tanto el trabajo remunerado como el no remunerado.

Diversos estudios muestran como el cuidado de los hijos y de los ancianos, la gestión administrativa del hogar, de la limpieza y la alimentación son tareas que en la enorme mayoría de los casos las realizan las mujeres, lo que profundiza las desigualdades. En este sentido, es muy importante darle visibilidad al trabajo no remunerado para hacer más equitativas las relaciones entre los géneros.

El estudio sobre Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado llevado adelante por el INE a través de la Encuesta Permanente de Hogares de 2007, muestra resultados preocupantes. Los hombres destinan aproximadamente 10 horas más en la semana al trabajo remunerado que las mujeres. Como contrapartida, las diferencias en cuanto al trabajo no remunerado son abismales: las mujeres destinan unas 36 horas semanales, y los hombres solamente 15 horas.

La equidad de género, incluye dentro de su esfera, la distribución equitativa de las responsabilidades, los recursos y el poder entre hombres y mujeres, por lo que solucionar estas diferencias debe ser un objetivo fundamental en cualquier política pública de trabajo y género.

La división tradicional del trabajo no solamente reproduce la subordinación de las mujeres, sino que afecta sus condiciones emocionales y físicas, al tener menos tiempo libre para el ocio y el descanso.

Avances en nuestro país.

La última administración manifestó claramente la voluntad de fortalecer las políticas públicas hacia las mujeres, a través de la instalación y empoderamiento del Instituto Nacional de las Mujeres, la Ley 18.104 de Promoción de la Igualdad de Derechos y Oportunidades entre Hombres y Mujeres de 2007, y el primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos.

Asimismo, se reconoce la importancia de aumentar los estudios relacionados con este tema, introduciendo nuevas categorías de análisis en los estudios del INE, que miden el uso del tiempo.

Se introdujeron cambios jubilatorios que procuran contemplar la desigualdad entre hombres y mujeres, computándose a éstas un año de servicio adicional por cada hijo, habilitándolas a jubilarse con una menor cantidad de años de trabajo. Además, recientemente el Instituto Nacional de las Mujeres y el BPS firmaron un Acuerdo Marco de cooperación para la implementación del Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos de hombres y mujeres en la Seguridad Social.

Diputada Bertha Sanseverino

Frente Amplio – AU – 2121
PÁGINA WEB: www.sanseverino.org.uy
FACEBOOK POLITICO: www.facebook.com/bertha.sanseverino

COLOMBIA Primer Congreso Iberoamericano "Educación, Asesoría y Terapia Sexual"

EL SALVADOR Taller de autoconocimiento SIKE y SOMA

miércoles, 1 de septiembre de 2010

MEXICO Sensibilizan sobre vínculo entre género y cambio climático SIMAC/LA CIUDAD DE LAS DIOSAS

SEPTIEMBRE 01, 2010



El vínculo entre género y cambio climático debería ser un tema permanente en la agenda ciudadana, sin embargo, en México aún es un reto, por ello la Red de Género y Medio Ambiente (Rgema), y la Red de Género y Economía (Redge), organizan una serie de encuentros para sensibilizar a la población sobre este fenómeno.


El tercero de estos encuentros se realizó hoy aquí con el objetivo de identificar los impactos del cambio climático y el calentamiento global, pero además, como un espacio para generar propuestas desde las organizaciones de la sociedad civil, a través de las cuales las personas tomen acciones concretas en sus casas y localidades.


Antes de formular propuestas se debe entender el tema y pensar en acciones diferenciadas para mujeres y hombres porque los efectos del cambio climático no son los mismos para ambos, así lo consideró Brenda Rodríguez, integrante de la Rgema.


De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en los últimos años se ha demostrado que mujeres y niñas tienden a ser desproporcionadamente afectadas por el cambio climático por ser las principales usuarias y administradoras de los recursos naturales y debido a su tradicional papel como trabajadoras no remuneradas.


De acuerdo con Hilda Salazar, de la organización Mujer y Medio Ambiente, este no es un tema nuevo porque internacionalmente ya se discute, pero en México apenas se está generando: “lo más justo y democrático es generarlo de abajo hacia arriba, de lo contrario quedaría en un discurso cosmético”, dijo la activista al explicar que el cambio climático llegó para quedarse.


VISIÓN INTEGRAL


Lejos de hablar de olas de calor, inundaciones, sequías y huracanes cada vez más frecuentes e intensos en los países del mundo; en estos talleres se habló del reciclaje, la basura, las inundaciones en las colonias, los efectos en la alimentación, el trabajo y la salud de mujeres y hombres como una forma de entender por qué es importante un pacto mundial contra el cambio climático.
Con actividades lúdicas, como mantener el rostro sobre un recipiente con agua caliente, y con mesas de trabajo los líderes de comunidades, colonias y pueblos analizaron desde una visión integral las desigualdades sociales, la migración, salud, contaminación, erosión, biodiversidad, sequías, deslaves, fuentes de energía y demás temas relacionados al cambio climático.


Los encuentros “Género y Cambio Climático”, en los que también participan organizaciones como la Fundación Heinrich Böll, son un espacio para conocer y reflexionar sobre las causas y los efectos de este fenómeno y para proponer acciones ciudadanas que se presentarán en la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-16), a realizarse del 29 al 10 de diciembre.


Este encuentro que se llevó a cabo hoy en esta ciudad y simultáneamente en Chiapas y San Luis Potosí, también se realizará en Sonora el primero y 2 de septiembre, Michoacán el 4 de septiembre, Morelos el 10 de septiembre. Mientras que en Chihuahua y Guadalajara ya se realizaron.


El Estado de México, Tabasco, Yucatán, Guerrero, Oaxaca, Chipas, Zacatecas, Veracruz, Puebla e Hidalgo también realizarán foros, aunque la fecha está por determinarse. Cabe destacar que por primera vez son las organizaciones locales quienes se han coordinado para realizar estos encuentros y mostrar que las mujeres no son sólo son víctimas, pues también tienen conocimientos para adaptase y mitigar el cambio climático.


Por Anayeli García Martínez

Fuente: Cimac


CUBA: Independencia con nombre de mujer Julio César González Pagés DIARIO ROTATIVO

Reportaje especial
Cuba: Independencia con nombre de mujer


Por: Dixie Edith
miércoles 1 de septiembre de 2010,


La Habana, agosto (Especial de SEMlac).- Aunque la historia conocida revele apenas unos pocos nombres, muchas cubanas del siglo XIX se sumaron a las gestas independistas contra el dominio español, a contrapelo de la fuerte y arraigada tradición que las obligaban a vivir puertas adentro de sus casas.
"Queda por hacer una lectura de género de las guerras de independencia para aquilatar el verdadero papel de las mujeres", sostuvo en entrevista con SEMlac el doctor Julio César Gonzáles Pagés, historiador que ha dedicado muchas de sus investigaciones a rescatar la memoria de las mujeres de la isla.


"A la hora de hacer un estudio de este período, sobre todo a escala local, es importante visualizar personas, poner nombres. Pero también hay que hacer un análisis más global porque, a veces, cuando resaltamos individualidades, quitamos el mérito al colectivo y creo que las luchas por la independencia de Cuba tuvieron una participación de mujeres que no fue excepcional, sino mayoritaria", agregó el también coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades.


La llamada Guerra de los Diez Años, primera contra la colonia española que recoge la historia cubana, comenzó el 10 de octubre de 1868 con el levantamiento en armas de Carlos Manuel de Céspedes, un hacendado y patriota de Bayamo, ciudad ubicada a unos 750 kilómetros de la capital, quien también liberó a sus esclavos.


Treinta años duraron las conflagraciones contra España, interrumpidas por breves períodos de incierta paz.


La historiografía cubana las divide en tres: esa primera, que terminó en 1878; una intermedia, muy pequeña, nombrada la Guerra Chiquita, y la final, iniciada el 24 de febrero de 1895, a la que José Martí, el Héroe Nacional cubano, denominó la "guerra necesaria" y culminó con la intervención estadounidense en 1898.


Pero las investigaciones coinciden en que ya antes de octubre de 1868 muchas cubanas habían tomado partido a favor de la libertad y se habían sumado a la conspiración contra España.


En ciudades como Matanzas y Puerto Príncipe, del centro y oriente, respectivamente, por sólo citar dos ejemplos, ocurrieron acciones femeninas previas al levantamiento en armas.


En la Sociedad Filarmónica de Matanzas, en fecha tan temprana como 1849, un grupo de mujeres no participó del baile en una de sus reuniones, como protesta ante la presencia de oficiales españoles.


De igual forma, en Puerto Príncipe, en agosto de 1851, otras se cortaron el cabello ante el fusilamiento de algunos hombres de la ciudad, entre los cuales estaba el patriota José de Agüero y Agüero, todos acusados de infidentes a la Corona española. En esa época, las mujeres que se cortaban el pelo eran tomadas por prostitutas.


"Es evidente un compromiso previo a la contienda y, aunque el acto militar de la guerra es masculino, ésta no es sólo el combate, también es el aseguramiento, la retaguardia, los hospitales de campaña", reflexionó González Pagés.


La escritora cubana Mirta Aguirre calificó las luchas independentistas cubanas de "guerras familiares", por la participación en ellas de matrimonios que llevaron consigo a sus hijos, según refiere el texto Influencias de la mujer en Iberoamérica, editado en 1948.


Entre los pocos nombres de mujeres que han vencido el olvido de los libros de Historia pueden citarse el de Mariana Grajales, la madre de los hermanos Maceo; María Cabrales, Amalia Simoni y Bernarda Toro, que acompañaron a sus esposos, generales del Ejército Libertador, en los campos de batalla.


También está el de Rosa, La Bayamesa, esclava negra que alcanzó los grados de Capitana; Carmita Cancio, La Negra, colaboradora de Carlos Manuel de Céspedes, que transportaba armas, alimentos y mensajes; Adela Ascuy, también Capitana, pero de Sanidad Militar, quien participó en más de 40 combates; Isabel Rubio, cuya casa fuera el mayor centro conspirador de la occidental provincia de Pinar del Río; y Emilia Casanova, fundadora de clubes patrióticos en la emigración, quien atesoraba cartas escritas por Giuseppe Garibaldi en las que éste apoyaba la gesta de Cuba.


Sin embargo, la también historiadora cubana Raquel Vinat de la Mata, coincide con González Pagés.


"Evocar en breves líneas el valor desplegado por las cubanas durante las contiendas independentistas del siglo XIX representa, más que un difícil ejercicio de selección, una tarea involuntariamente injusta, pues toda síntesis implica omisiones y, si somos fieles a la razón, muchas son las antepasadas que merecen ser reconocidas como paradigmas de la dignidad patriótica nacional".


Investigadora titular del Instituto de Historia de Cuba, Vinat también ha abogado por una mirada más profunda a esta etapa de la épica patria.


"No es reiterativo recordar la arbitraria tendencia a identificar la labor femenina cubana con la obra de un exiguo grupo de heroínas. Esto se explica porque algunos investigadores, por desconocimiento o arraigada cosmovisión androcentrista, aquilatan a estas mujeres no sólo por ser las más descollantes, sino más bien por ser una suerte de excepcionalidades", sostuvo en entrevista con la quincenal revista Bohemia, publicada en 2004.


Un hecho queda claro del estudio de la historia. Las guerras independentistas, sobre todo la de los Diez Años (1868-1878), cambiaron la imagen que se tenía de la mujer cubana, tanto por parte de los independentistas, como de los colonialistas españoles.


"Las cubanas son las que han hecho la insurrección en Cuba", expresó el historiador español del siglo XIX Antonio Pirala, un hombre que siempre defendió el colonialismo en la nación caribeña.


"Cuando una persona tan conservadora como Pirala dice algo así, es señal de la admiración que estas mujeres despertaron en él", afirma González Pagés.


En la guerra y para la paz


"Si tuviera que elegir una heroína, sería, en primer lugar, Ana Betancourt de Mora, porque simboliza el sueño de las mujeres que también abogaron por sus derechos y no sólo vieron en el acto de la independencia un asunto de la patria, de la nación", confesó a SEMlac González Pagés.


Ana Betancourt nació en la oriental ciudad de Camagüey, el 2 de febrero de 1832, en una familia acaudalada. Recibió una educación pragmática, como correspondía a las mujeres de la época, que incluyó bordados, tejidos, cocina y atenciones hogareñas. Y se casó con el joven Ignacio Mora el 17 de agosto de 1854.


Mora era un hombre adelantado a su tiempo y no quiso destinarle a su esposa sólo las labores hogareñas y las atenciones matrimoniales. La estimuló a estudiar idiomas, literatura y otras materias, hasta que los sorprendió el fervor independentista y la pareja se sumó sin titubeos a las luchas contra el colonialismo español.


Mora se unió a las tropas del patriota Ignacio Agramante, pocos días después del alzamiento de Céspedes. Ana los despidió y alentó: "Por ti y por mí, lucha por la libertad".


Pocos meses después, el 14 de abril de 1869, en Guáimaro, Camagüey, se efectuó la Asamblea Constituyente de la República en Armas, donde nació la primera Constitución de Cuba libre. Allí, Ana Betancourt anticipó demandas que las cubanas asumirían, en conjunto, varios años después.


"Ciudadanos: aquí todo era esclavo; la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. Llegó el momento de libertar a la mujer", dijo a los reunidos en Guáimaro.


Otras dos mujeres de la gesta han acaparado especialmente la atención de González Pagés.


"Una es Magdalena Peñaredonda, pinareña (la provincia más occidental de la isla). Llegó a ser Capitana del Ejército Libertador y luego se incorporó al movimiento feminista, sufragista. Fue una de las periodistas más agudas de los primeros años de la República. Durante la guerra del 95 la llamaban "la delegada de Vueltabajo". Para que una mujer haya sido legitimada de esa manera en aquella época, debe haber sido una mujer muy grande", aseguró.


La otra fue Edelmira Guerra, una cienfueguera que abogó por el derecho al divorcio y fundó un club independentista, el "Esperanza del Valle", en junio de 1896, en la zona central de Cuba. También fue mambisa y realizó labores de espionaje para las tropas libertadoras.


"Esta mujer no estuvo preocupada sólo por apoyar la guerra, sino también por lo que llamamos ahora cuestionamientos de género", reflexionó el historiador.


Clubes como el de Edelmira nacieron en Cuba y en el exilio y resultaron vitales para el sostén económico de la guerra. Se estima que entre 1892 y 1898 existieron alrededor de 85 clubes en la emigración, más unos 20 en la isla.


Según González Pagés, entre abril de 1893 y marzo de 1895 estas agrupaciones lograron recaudar importantes fondos para la guerra.


Pese a sus valiosos aportes, las investigaciones señalan que, como suele suceder en los conflictos bélicos, las mujeres fueron las grandes perdedoras de la campaña independentista.


"Fue una guerra devastadora, que duró 30 años, y cuando se instauró la república, a las cubanas no se les dio ni el voto. Muchas se quedaron viudas y sin hijos, a veces en terceros países, sin poder volver porque habían dado todo su dinero para la guerra", relató González Pagés.


Ana Betancourt de Mora fue una de esas mujeres. Lo único que pidió entonces fue un pasaje para venir a morir a Cuba Y no se lo pagaron. Ella falleció en Madrid, en 1906, y no fue hasta 1968 que sus restos fueron traídos a Cuba.


"Son historias que constan en documentos, en cartas, en la prensa de la época.


Una vez el historiador cubano Manuel Moreno Fraginals me dijo que, cuando se estudiaran con detenimiento y acuciosidad, la historia de Cuba, sobre todo la relativa a las mujeres, iba a cambiar", aseveró el investigador.


Diario Rotativo de Querétaro


Fidel habla de la persecución de homosexuales en Cuba CUBA LA JORNADA/PAGINA 12a 12

FIDEL CASTRO HABLA SOBRE LA PERSECUCION DE HOMOSEXUALES EN CUBA Y LA PRESION DE EE.UU.


“El bloqueo está vigente más que nunca”


En su primera entrevista después de enfermarse y dejar el poder, el líder de la Revolución Cubana dice que discriminar a los gays fue un error y asume la responsabilidad por no ocuparse del tema.

  

Por Carmen Lira Saade *
Desde La Habana


Aunque no hay nada que denote en él malestar alguno, creo que a Fidel no le va a gustar lo que voy a decirle:

–Comandante, todo el encanto de la Revolución Cubana, el reconocimiento, la solidaridad de una buena parte de la intelectualidad universal, los grandes logros del pueblo frente al bloqueo, en fin, todo, todo se fue al caño por causa de la persecución a homosexuales en Cuba.


Fidel no rehúye el tema. Ni niega ni rechaza la aseveración. Sólo pide tiempo para recordar, dice, cómo y cuándo se desató el prejuicio en las filas revolucionarias.


Hace cinco décadas, y a causa de la homofobia, se marginó a los homosexuales en Cuba y a muchos se les envió a campos de trabajo militar-agrícola, acusándolos de “contrarrevolucionarios”.


–Sí –recuerda–, fueron momentos de una gran injusticia, ¡una gran injusticia! –repite enfático–, la haya hecho quien sea. Si la hicimos nosotros, nosotros... Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios.

Se sabe que entre sus mejores y más antiguos amigos hay homosexuales.


–Pero, entonces, ¿cómo se conformó ese odio al “diferente”?


El piensa que todo se fue produciendo como una reacción espontánea en las filas revolucionarias, que venía de las tradiciones. En la Cuba anterior no sólo se discriminaba a los negros: también se discriminaba a las mujeres y, desde luego, a los homosexuales...


–Sí, sí. Pero no en la Cuba de la “nueva” moral, de la que tan orgullosos estaban los revolucionarios de dentro y de fuera...


–¿Quién fue, por tanto, el responsable, directo o indirecto, de que no se pusiera un alto a lo que estaba sucediendo en la sociedad cubana? ¿El partido? Porque ésta es la hora en que el Partido Comunista de Cuba no “explicita” en sus estatutos la prohibición a discriminar por orientación sexual.


–No –dice Fidel–. Si alguien es responsable, soy yo...


“Es cierto que en esos momentos no me podía ocupar de ese asunto... Me encontraba inmerso, principalmente, de la Crisis de Octubre, de la guerra, de las cuestiones políticas...”


–Pero esto se convirtió en un serio y grave problema político, comandante.


–Comprendo, comprendo... Nosotros no lo supimos valorar... sabotajes sistemáticos, ataques armados, se sucedían todo el tiempo: teníamos tantos y tan terribles problemas, problemas de vida o muerte, ¿sabes?, que no le prestamos suficiente atención.


–Después de todo aquello se hizo muy difícil la defensa de la Revolución en el exterior... La imagen se había deteriorado para siempre en algunos sectores, sobre todo de Europa.


–Comprendo, comprendo –repite–: era justo...


–La persecución a homosexuales podía darse con menor o mayor protesta, en cualquier parte. No en la Cuba revolucionaria –le digo.


–Comprendo: es como cuando el santo peca, ¿verdad?.. No es lo mismo que peque el pecador, ¿no?


Fidel esboza una tenue sonrisa, para luego volver a ponerse serio:


–Mira: piensa tú cómo eran los días nuestros en aquellos primeros meses de la Revolución: la guerra con los yanquis, el asunto de las armas y, casi simultáneamente a ellos, los planes de atentados contra mi persona...


Fidel revela lo “tremendamente” que influyeron en él y lo que alteraron su vida las amenazas de atentados y los atentados mismos de que fue víctima: “No podía estar en ninguna parte, no tenía ni dónde vivir...” Las traiciones estaban a la orden del día y él tenía que andar a salto de mata...


“Escapar a la CIA, que compraba tantos traidores, a veces entre la misma gente de uno, no era cosa sencilla, pero en fin, de todas maneras, si hay que asumir responsabilidad, asumo la mía. Yo no voy a echarles la culpa a otros...”, sostiene el dirigente revolucionario.


Sólo lamenta no haber corregido entonces...


Hoy, sin embargo, el problema se está enfrentando: Bajo el lema “La homosexualidad no es un peligro, la homofobia sí”, se celebró recientemente en muchas ciudades del país la tercera Jornada Cubana por el Día Mundial Contra la Homofobia. Gerardo Arreola, corresponsal de La Jornada en Cuba, da cuenta puntual del debate y la lucha que se lleva adelante en la isla por el respeto a los derechos de las minorías sexuales.

Arreola refiere que es Mariela Castro, una socióloga de 47 años –hija del presidente cubano Raúl Castro–, quien lidera el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), institución que –dice ella– ha conseguido mejorar la imagen de Cuba después de la marginación de los años ’60.


“Aquí estamos las cubanas y los cubanos, para seguir luchando por la inclusión, para que ésta sea la lucha por todas y todos, por el bien de todas y todos”, dijo Mariela Castro al inaugurar la jornada, escoltada por transexuales que sostenían una bandera cubana y otra multicolor del movimiento gay.


Hoy en Cuba los esfuerzos por los homosexuales incluyen iniciativas como cambio de identidad de transexuales o las uniones de civiles entre personas del mismo sexo.


Desde los años ’90, la homosexualidad en la isla está despenalizada, aunque no deja de haber del todo casos de asedio policial. Y desde 2008 se practican operaciones gratuitas de cambio de sexo.


El bloqueo


En 1962 Estados Unidos decretó el bloqueo contra Cuba. Se trató de “una feroz tentativa de genocidio”... como le ha llamado Gabriel García Márquez, el escritor que mejor ha cronicado el período.


–Período que dura hasta nuestros días –me advierte Fidel.


“El bloqueo está vigente hoy más que nunca, y con el agravante, en estos momentos, de que es ley constitucional en Estados Unidos, por el hecho de que la vota el presidente, la vota el Senado, la vota la Cámara de Representantes...”


Foto

“El mundo del futuro tiene que ser común y los derechos de los seres humanos tienen que estar por encima de los derechos individuales... Y va a ser un mundo rico, donde los derechos sean igualitos para todos”, sostuvo Fidel Castro.


El número de votos y su aplicación pueden aliviar considerablemente, o no, la situación. Pero ahí está...


–Sí, ahí está la ley HelmsBurton, injerencista y anexionista... y la ley Torricelli, debidamente aprobadas por el Congreso de Estados Unidos. Recuerdo bien al senador Helms el día de 1996 en que le fue aprobada su iniciativa. Estaba exultante y repetía ante los periodistas lo central de sus pretensiones: “Castro se tiene que ir de Cuba. No me importa cómo Castro deje el país: si es en forma vertical, o en forma horizontal, eso es asunto de ellos... Pero Castro debe dejar Cuba.”


Comienza el cerco


“En 1962, cuando Estados Unidos decretó el bloqueo, Cuba se encontró de pronto con la evidencia de que no tenía nada más que seis millones de cubanos resueltos, en una isla luminosa y desguarnecida...”


Nadie, ningún país, podía comerciar con Cuba; con nadie se podía comprar o vender, ¡ay de aquel país o empresa! que no se sujetara al asedio comercial decretado por Estados Unidos. Siempre me llamó la atención aquel barco de la CIA que patrulló las aguas territoriales hasta hace unos pocos años, para interceptar los barcos que llevaran mercancías a la isla. El problema mayor, sin embargo, fue siempre el de las medicinas y los alimentos, que se mantiene hasta nuestros días. Todavía hoy no se permite a ninguna empresa alimentaria comerciar con Cuba, ni siquiera por la importancia de los volúmenes que la isla adquiriría o porque ésta siempre está obligada a pagar por adelantado.


Condenados a morir de hambre, los cubanos tuvieron que “inventar la vida otra vez desde el principio”, dice García Márquez.


Desarrollaron una “tecnología de la necesidad” y una “economía de la escasez”, relata: toda una “cultura de la soledad”.


No hay gesto de pesar, menos de amargura, cuando Fidel Castro admite el abandono en que dejó a la isla gran parte del mundo. Al contrario...


–La lucha, la batalla que tuvimos que dar nos llevó a hacer esfuerzos superiores a los que tal vez habríamos hecho sin bloqueo –dice Fidel.


Recuerda con una suerte de orgullo, por ejemplo, la gigantesca operación de masas que llevaron adelante cinco millones de muchachos, agrupados en los CDR. Tan sólo en una jornada de ocho horas lograron una vacunación masiva en todo el país, con la que erradicaron enfermedades como la polio o el paludismo.


O cuando más de un cuarto de millón de alfabetizadores –cien mil de ellos niños– se echó a cuestas la alfabetización de la mayor parte de la población adulta del país, que no sabía leer ni escribir.


Pero el “gran salto” se da, sin duda, en la medicina y en la biotecnología:


–Se habla de que Fidel mismo mandó a formar en Finlandia a un equipo de científicos y médicos que habrían de encargarse de la producción de medicamentos.


–El enemigo usó contra nosotros la guerra bacteriológica. “Trajo aquí el virus II del dengue. En la Cuba prerrevolucionaria no se conocía ni el I. Aquí nos apareció el II, que es mucho más peligroso porque produce un dengue hemorrágico, que ataca sobre todo a los niños. “Entró por Boyeros. Lo trajeron los contrarrevolucionarios, esos mismos que andaban con Posada Carriles, esos mismos que indultó Bush, esos mismos que dieron lugar al sabotaje del avión de Barbados... Esa misma gente recibió la tarea de introducir el virus”, denuncia Fidel.


–Culpaban a Cuba porque –decían– había mucho mosquito en la isla –le digo.


–¿Cómo no iba a haberlos si para combatirlos hace falta el abate y el abate no lo podíamos obtener: nada más lo producían en Estados Unidos? –revela.


El rostro del comandante se ensombrece:


“Se nos empezaron a morir los niños”, recuerda. “No teníamos con qué atacar la enfermedad. Nadie nos quería vender las medicinas y los equipos con los que se erradica el virus. Ciento cincuenta personas murieron víctimas de la enfermedad. Casi todos eran niños... Tuvimos que acudir a las compras por contrabando, aunque era carísimo. Dondequiera prohibieron hasta traerlo. Una vez, por misericordia, dejaron traer un poco.”


Por “misericordia”, ha dicho el hombre fuerte de la Revolución. Confieso mi turbación...


No precisamente por misericordia, sino por solidaridad, acudieron algunos amigos de Cuba. Fidel menciona, por México, a los Echeverría: Luis y María Esther que, aunque ya no estaban en el gobierno, pudieron conseguir algunos equipos que permitieron paliar de alguna forma la epidemia.


–No los olvidaremos nunca –dice conmovido.


–¿Ya ve? No todo ha sido malas o desafortunadas relaciones con personajes del poder mexicano... –le digo.


–Desde luego que no –dice antes de que concluyamos la plática-entrevista y pasemos al almuerzo que compartimos con su esposa, Dalia Soto del Valle. Desde esa terraza sideral donde se coloca para mirar y analizar el mundo, la vida... Fidel hace un brindis por que “en el mundo del futuro tengamos una sola Patria”.


“¿Qué es eso de que unos son españoles, otros ingleses, otros africanos? ¿Y que unos tienen más que otros...? El mundo del futuro tiene que ser común, y los derechos de los seres humanos tienen que estar por encima de los derechos individuales... Y va a ser un mundo rico, donde los derechos sean igualitos para todos...”


–¿Cómo se va a conseguir eso, comandante?


–Educando... educando y creando amor y confianza.


* De La Jornada de México. Especial para Página/12.