sábado, 7 de noviembre de 2009

El feminismo viril de Onfray LD Fernández


Sunday, November 01, 2009

El feminismo viril de Onfray



Dentro de las muchas cosas que me gustan de la filosofía de Michel Onfray -que las hay en cantidad-, en el marco de su programa hedonista/anarquista, está su erótica. Su filosofía del amor. Uno de los grandes libros -más logrados, lúcidos y vibrantes- es Teoría del cuerpo enamorado. Por una erótica solar. Texto que ya cité numerosas veces en otros posts de este blog.

En este aspecto quizá lo más interesante de Onfray sea su particular feminismo. Porque Onfray practica un feminismo, pero uno bastante diferente del feminismo de Judith Butler y otras teóricas del género. El feminismo de Onfray es un feminismo arcaico/poscristiano en forma simultánea. Como si Ovidio se hubiera encontrado con Madonna. Sí, algo extraño, y fascinante. Tanto Onfray como Derrida parecen ser filósofos que propugnan unmatriarcado -en detrimento del patriarcado falocéntrico al que deconstruyen en el marco de una desigualdad violenta. Por ejemplo, un texto bellísimo y extraordinario de Derrida se centra en el concepto griego -presente en Platón- de Khora. Algo así como la matriz feminima. Y también tenemos la idea de invaginación presente en ese otro gran libro llamado La diseminación. Lo interesante de planteos como el de Derrida u Onfray -que veremos en detalle- es que el feminismo implica la redefinición de la masculinidad como su complementario. Habiendo quitado o deconstruído el falocentrismo -machismo, etc- del centro, el hombre también vira su lugar. Y todo es mucho más denso, complejo y vital.

Cito algunos pasajes de Teoría del Cuerpo Enamorado.


1.

El desprecio de lo femenino sostiene todavía el edificio conceptual de los paladines del ideal ascético. De manera que la elaboración de una teoría del libertinaje supone la superación de la misoginia y su aniquilamiento. Pues el aborrecimiento procede del miedo y de los fantasmas de una masculinidad mal resuelta, vivida al estilo arrogante de la violencia y de la agresividad. Toda virilidad digna de ese nombre de la fuerza -lo contrario de la violencia-, y del deseo de que la misma fuerza excite al cuerpo, a la carne y al alma de las mujeres.

2.

El monoteísmo judío inventa la misoginia occidental, la fórmula, le otorga sus cartas de nobleza, y permite al cristianismo y al islam seguir la obra empezada hilvanando primero la metáfora del aborrecimiento del cuerpo de las mujeres y luego de las mujeres en su totalidad. TorahNuevo Testamento y Corán fabrican y legitiman un mundo masculino construido sobre la desconsideración generalizada de lo femenino.


3.

El platonismo muestra teóricamente el cruel olvido del cuerpo, el desprecio de la carne, la celebración de una Afrodita vulgar, la grandeza del alma y la pequeñez de las envolturas carnales; luego se abren prácticamente en nuestra civilización occidental, inspiradas por estos preceptos idealistas, extrañas y venenosas flores del mal: el matrimonio burgués, el adulterio que lo acompaña siempre como contrapunto, la neurosis familiar y familiarista, la mentira y la hipocresía, el disfraz y el engaño, el prejuicio monógamo, la líbido melancólica, la feudalización del sexo, la misoginia generalizada, la prostitución extendida en las aceras y en los hogares.


4.

El odio a las mujeres surge del miedo a las mujerescomo el odio al placer procede de un miedo al placer.El libertinaje invita a aniquilar estas angustias, a superarlas y, por tanto, a querer a las mujeres como iguales en todos los planos, como compañeras y cómplices, y nunca más como enemigas o furias amenazadoras. En este sentido,propone virilmente una doctrina feminista.

5.

Ovidio encuentra (en El arte de amar) igualmente una fórmula esencial en el igualitarismo: como un antídoto contra la misoginia judeocristiana propone un feminismo desembarazado de sus escorias no igualitarias. Ni violencia falócrata, ni histeria de sufragista, ni patriarcado, ni matriarcado, sino rechazo del poder de uno sobre otro, de la dominación de un género sobre el otro (...) Lo que vale para uno de los sexos vale para el otro, sin ninguna excepción, sin ninguna exclusión (...) Todas las formas no igualitarias de las relaciones no consentidas definen un erotismo nocturno cuyos principios aborrezco.

6.

Allí dónde triunfa la ley natural, se recela de la hipótesis del artificio. Constato que todos los filósofos que nos llaman a ajustar los comportamientos a las lecciones dadas por la naturaleza critican violentamente el maquillaje de las mujeres y todo lo que manifiesta el triunfo del artificio y de la voluntad sobre sus cuerpos: los perfumes, las joyas, los trajes, las telas preciosas y los tejidos exóticos. En cambio, Ovidio, que aboga por el artificio en todo, escribe un libro titulado Cosméticos para el rostro femenino en el que celebra los ungüentos, los marfiles, los peinados aderezados, los olores, los potingues, las cremas, los inciensos, los cuidados de la piel y todo lo que magnifica la decisión humana de hacer retroceder las violencias y las brutalidades de la naturaleza. Esto es, el maquillaje no expresa la sumisión social de las mujeres al poder falócrata sino la reivindicación del artificio contra el imperio de la naturaleza que ciertos hombres desean (...) Una mujer que rechaza la naturaleza y apela a los artificios manifiesta de manera puntillosa que conoce estos dos mundos separados, al igual que están separadas la alimentación y la gastronomía, la sexualidad y el erotismo, el instinto y el querer. El modelo naturalista, fundador de la lógica falócrata, condena a las mujeres a la sexualidad y les prohíbe cualquier acceso posible al erotismo.

7.

En cierto modo Eva desafía a Dios, se mide con él, lo quiere igualar en el terreno de la ciencia. Ella desobedece a quién da órdenes, manda, prohíbe y confina a los hombres en la sumisión intelectual, en la fe. Optando por el conocimiento, a pesar del precio y las consecuencias que provoca, Eva inventa la filosofía: pecado mortal para los vendedores de obediencia.

***

El extraordinario y vital feminismo viril arcaico/poscristiano de Onfray se une a una gran tradición dónde se encuentran Ovidio, Safo, Horacio, Epicuro, Lucrecio, los cínicos, Aristipo de Círene -el filósofo travesti y perfumado del ágora- el Kamasutra, los tratados indios, chinos, persas, nepaleses, árabes, el elogio de la mujeres frívolas de Nietzsche, Baudelaire, la erótica provenzal -de Cyrano-, la erótica de Foucault y la filosofía del devenir (mujer) de Deleuze.

Es un feminismo que, simultáneamente, requiere de una nueva concepción de virilidad. Una virilidad no machista ni céntrica, una virilidad que aboga por una fuerza no violenta sino fundada en las virtudes de esta erótica solar libertina: la gentileza, la dulzura, la experimentación, la apertura, el artificio, la igualdad, la autosuficiencia, el gozo mutuo, la desjerarquización del cuerpo. Un erótica poscristiana.

***

No hay comentarios: